Aquenio

Un aquenio o aqueno es un tipo de fruto seco producido por numerosas especies de plantas. Los aquenios son monocarpelados —forman un único carpelo— e indehiscentes —no se abre al madurar—. Contienen una única semilla que llena el hueco del pericarpio, pero no se adhiere a éste; la combinación de fruto y semilla es lo que se considera tal en numerosas especies, como el alforfón (Fagopyrum esculentum).
La zona de fijación en la base del aquenio, aunque a veces ausente, se denomina carpopodio. A veces es altamente útil para el diagnóstico específico (por ejemplo, en la tribu Eupatorieae). Puede estar en la base del cuerpo o de las costillas del aquenio y es comúnmente cilíndrico, anular o en forma de tapón.[1]
Las motas negras que salpican la superficie de la fresa o frutilla (Fragaria spp.) son en realidad aquenios. Lo que se considera normalmente la fruta en este último caso es en realidad un eterio: un receptáculo floral engrosado y carnoso, convertido en fruto o fruto accesorio.
Similares a los aquenios son los cariópsides (granos de trigo o maíz, por ejemplo), en los que el pericarpio se funde con la cubierta seminal, las sámaras, que presentan alas para su desplazamiento por anemocoria, y los utrículos, que se diferencian por poseer un ovario compuesto.
Referencias
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